Cada
vez es más común estar en contacto con el término “dron”, independientemente de
nuestro acercamiento al objeto como tal, es decir de la manipulación real de un
vehículo aéreo no tripulado. Los medios de comunicación y el internet se han encargado
de propagar una idea generalizada de, qué es un dron. Y como es lógico
alrededor de su creciente popularidad, también se está ampliando el mercado de
los drones para su uso recreativo. Todavía no vemos “parvadas” de drones en el
cielo pero, su adquisición y manejo por parte de los habitantes de distintas
ciudades del mundo es cada vez más común, al grado de que estos mismos países
se están viendo obligados a legislar su uso.
Pero
los drones no son un gadgets más en el mercado de la tecnología y tampoco son
tan recientes como parece, estos tienen antecedentes históricos registrados
desde principios del S.XX y no sólo eso, además dicha historia tiene grandes
implicaciones militares y bélicas. Se dice por ejemplo que el "Kettering
Bug"[1] construido en 1917 por Estados Unidos puede ser uno de los primeros drones ya que, tomando en cuenta
la tecnología de ese momento, en su funcionamiento se pueden vislumbrar los
principios básicos de un dron convencional.
De
ahí en adelante (1917) los drones han ido mejorando de acuerdo a las “posibilidades”
que un vehículo aéreo no tripulado ofrece a los gobiernos en cuanto a seguridad
y vigilancia; es decir, en capacidad de carga, ataque, precisión y control a
distancia. Sin embargo, de apoco se han ido “emancipando” y si bien es cierto
que existen modelos altamente peligrosos y sofisticados como el MQ-1 fabricado
por General Atomics o el Elbit Hermes
900 fabricado en Israel. Existen otros modelos nada mortíferos que cubren
requerimientos meramente recreativos pero no por ello menos sofisticados. El phantom 3 de la empresa DJI da muestra de las
capacidades que un dron de uso civil ofrece para el simple arte de divertirse.
Por
otro lado, lejos de la violencia o el ocio existen iniciativas que ven en los
drones capacidades para llevar a cabo mejoras en algunos aspectos de la
sociedad como las telecomunicaciones, incluido el internet. Por ejemplo el proyecto
Internet.org de la red social
(Facebook) que dio a conocer un dron con forma de un ala enorme de fibra de
carbono, con una envergadura similar a la de un Boeing 737, y que podría
trasmitir la señal en un radio de 50 km.
Existe
también la idea de ocupar drones como pequeños satélites para mejorar el
servicio de las telecomunicaciones. Titan
Aerospace propone que en lugar de satélites ocupemos drones que son más
baratos y más eficientes pues no saldrían de la atmosfera, pero igual que los
satélites circularían por todo el planeta.
Los
mismos gobiernos como el de Estados Unidos han optado por invertir en
investigaciones para ocupar drones en misiones espaciales de reconocimiento. Así
que aunque no hayas visto o usado un dron aún , prepárate no
falta mucho para que lo hagas.
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