miércoles, 6 de julio de 2016


El cerebro artificial de Google que aterra.


A las pocas horas de comenzar la segunda partida, el surcoreano Lee Sedol, héroe nacional y campeón mundial del juego Go, se levantó de la silla desesperado. El programa informático al que se enfrentaba, AlphaGo, una inteligencia artificial creada por Google, había hecho un movimiento incomprensible. A primera vista no tenía sentido, Sedol no se lo esperaba. Pero fue un golpe magistral. Desencajado, necesitó 15 minutos para improvisar una respuesta. No sirvió de nada. Cuatro horas más tarde perdió la partida. La máquina volvería a ganarle en otras dos ocasiones. Fue histórico e inquietante a la vez, nunca antes un programa había ganado al campeón mundial de Go, y nunca lo había hecho mostrando una chispa de algo que define a los humanos: la creatividad.
Foto: Imagen de un escáner cerebral tras ser analizada por una red neuronal 'Deep Dream' creada por Google. (Foto: Juan Sánchez Ramos)
"Yo lo llamaría... creatividad computacional", dice con media sonrisa Thore Graepel mientras recuerda lo ocurrido el pasado marzo con el famoso movimiento 37 (puedes ver aquí en vídeo cómo los comentaristas se quedaron sin palabras tras la jugada). Graepel, investigador científico de DeepMind, empresa británica adquirida por Google en el 2014 por 500 millones de dólares, es uno de los creadores de AlphaGo y experto mundial en 'machine learning', un campo de la inteligencia artificial. Si esta última crea programas inteligentes, el 'machine learning' va un paso más allá: desarrolla ordenadores capaces de aprender por sí mismos. Es decir, programas que imitan el funcionamiento del cerebro humano. "Estamos muy cerca de conseguirlo", asegura.



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